Las cacerías de la perdiz roja representan jornadas especiales para los amantes del campo y los animales. En consecuencia, quienes participan frecuentemente en este tipo de cacerías saben que no pueden dejar ningún detalle a la improvisación cuando se trata de disfrutar de su actividad favorita.
Una de las actividades cinegéticas más apreciadas en España son las cacerías de la perdiz roja autóctona.
La perdiz roja es una de las aves más preciadas para el cazador español experimentado, dado que constituye una especie criada especialmente en nuestro país. Los ejemplares se distinguen por sus patas, pico y anillo orbital rojo. Este ave habita preferentemente zonas de cultivo y monte bajo.
En lo que respecta a las cacerías de estos animales, suelen organizarse en zonas espaciosas de cotos privados. El ojeo, por otra parte, es la modalidad de caza menor practicada en estas cacerías de perdices. Se basa en la organización, mediante el uso de pantallas de lona, de puestos de caza a lo largo de un terreno extenso. En la otra parte de esta zona se sitúan los ojeadores (personas con elementos disuasorios, palos y pañuelos), los cuales usarán mediante aspavientos y ruidos con el fin de espantar a las aves. Al oír el sonido de una cometa, los ojeadores marcharán hacia los cazadores y provocarán que las aves salgan volando en dirección opuesta. El punto culminante de estas maniobras se produce cuando los cazadores prestan atención al vuelo de las perdices para abatirlas.
El terreno de la cacería influye en la flexibilidad necesaria para disfrutar convenientemente de la jornada, ya que la orografía y el montaje de los puestos permitirán adoptar diferentes posturas y darle dinamismo a la cacería de perdices. De hecho, la experiencia no es la misma, según se esté cazando en un cerro, un monte, una vega o un viñedo. Los peculiares movimientos de este ave también embellecen esta modalidad de caza, puesto que la perdiz roja corre rápidamente hasta que vuela distancias cortas y vuelve a posarse. Son parte de las características diferenciales de la especie autóctona y esta variedad de su vuelo favorece el ritmo del ojeo.
La logística durante las cacerías de la perdiz roja es fundamental para el disfrute de todo el mundo
Por otra parte, para que las cacerías de la perdiz roja resulten aún más gratificantes, la completa organización de la cacería tiene que ser profesional, respetar los tiempos y contar con infraestructuras (alojamiento, comida e indumentaria, por ejemplo), como en los aspectos meramente cinegéticos (coordinación de los ojeos y servicio del personal que recuenta las piezas o facilita la recarga de las escopetas). En este sentido, el buen hacer acreditado de cotos privados demuestra que a la hora de emprender una cacería no basta con haber visto vídeos de caza, sino que se requiere de los servicios que únicamente pueden ofrecer quienes tienen conocimientos y pasión por esta actividad.
Las cacerías de la perdiz roja son tradición de nuestras tierras de Castilla que seguirá latiendo fuerte en aquellos lugares donde se rinde pleitesía al monte y se dan las condiciones ideales para tal actividad. La tierra del Campo de Montiel, es famosa por el profundo respeto al campo y sus tradiciones que durante siglos han acompañado a este tipo de actividad cinegética.
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